domingo, 9 de diciembre de 2012

pablo neruda



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PueDo ESCRiBiR LoS VeRSoS MáS TriSTeS ESTa NoCHE...


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo "La noche está estrellada,
Y titilan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso no es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Cómo antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.



Me GuSTa CuaNDo CaLLaS...


Me gusta cuando callas por que estás como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.

Me gusta cuando callas y estas como distante.
Y estás como quejándote, mariposa de arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza,
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



AuSeNCia...


Apenas te he dejado
Vas en mí, cristalina
O temblorosa,
O inquieta, herida por mí mismo
O colmada de amor, como cuando tus ojos
Se cierran sobre el don de la vida
Que sin cesar te entrego.

Amor mío,
Nos hemos encontrado
Sedientos y nos hemos
Bebido toda el agua y la sangre,
Nos encontramos
Con hambre
Y nos mordimos
Como el fuego muerde,
Dejándonos heridas.

Pero espérame,
Guárdame tu dulzura.
Yo te daré también
Una rosa.




MuJeR, NaDa Me HaS DaDo...

Nada me has dado y, para tí, mi vida
Deshoja su rosal de desconsuelo,
Porque ves estas cosas que yo miro,
Las mismas tierras y los mismos cielos.



Porque la red de nervios y de venas
Que sostiene tu ser y tu belleza
Se debe estremecer al beso puro
Del sol, del mismo sol que a mí me besa.

Mujer, nada me has dado y, sin embargo,
A través de tu ser siento las cosas,
Estoy alegre de mirar la tierra
En que tu corazón tiembla y reposa.

Me limitan en vano mis sentidos,
Dulces flores que se abren en el viento,
Porque adivino el pájaro que pasa
Y que mojó de azul tu sentimiento.

Y sin embargo no me has dado nada,
No se florecen para mí tus años,
La cascada de cobre de tu risa
No apagará la sed de mis rebaños.

Hostia que no probó tu boca fina,
Amador del amado que te llame,
Saldré al camino con mi amor al brazo
Como un vaso de miel para el que ames.

Ya ves, noche estrellada, canto y copa
En que bebes el agua que yo bebo,
Vivo en tu vida, vives en mi vida,
Nada me has dado y todo te lo debo.




En Su LLaMa MoRTaL La LuZ Te ENVueLVe...


En su llama mortal la luz te envuelve.
Absorta, pálida doliente, así situada
Contra las viejas hélices del crepúsculo
Que en torno a tí da vueltas.

Muda, mi amiga,
Sola en lo solitario de esta hora de muertes
Y llena de las vidas del fuego,
Pura heredera del día destruido.

Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro.
De la noche las grandes raíces
Crecen de súbito desde tu alma,
Y a lo exterior regresan las cosas en tí ocultas,
De modo que un pueblo pálido y azul
De tí recién nacido se alimenta.

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava
Del círculo que en negro y dorado sucede,
Erguida, trata y logra una creación tan viva
Que sucumben sus flores, y llena es de tristeza.



Te ReCueRDo CoMo ERaS...


Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
Las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
Boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
Hacia donde emigraban mis profundos anhelos
Y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma,
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.




HeMoS PeRDiDo AúN ESTe CRePúSCuLo...


Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
Mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
La fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
Se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
De esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, ¿dónde estabas?
¿Entre qué gentes?
¿Diciendo qué palabras?
¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
Cuando me siento triste, y te siento lejana?.

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
Y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
Hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.








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